España mantiene el liderato europeo de Agricultura Ecológica
- aiocana
- 16 nov 2021
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Con 2,35 millones de hectáreas (el 17,1% del total de la UE), España es el país de la Unión Europea con una mayor superficie agrícola dedicada a cultivos de producción ecológica, seguida de Francia, Italia y Alemania, según datos de Eurostat correspondientes a 2019. Sin embargo, es uno de los países europeos con menor consumo per cápita de este tipo de productos.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de España define la producción ecológica, biológica u orgánica como “un sistema de gestión y producción agroalimentaria que combina las mejores prácticas ambientales con un elevado nivel de biodiversidad y preservación de los recursos naturales, así como la aplicación de normas sobre bienestar animal, con el objetivo de obtener una producción acorde a las preferencias de determinados consumidores por los productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales”.
Los alimentos ecológicos hacen referencia al modo en el que se han obtenido los productos, mediante procesos agrícolas que respetan el medioambiente sin alterarlo, respetan el bienestar animal y utilizan métodos de protección de la salud de los consumidores. Esto conlleva el rechazo de la agricultura ecológica al uso de componentes químicos y la limitación de aditivos. Entre los productos ecológicos destacan los vegetales, cereales, haría, pasta, arroz, chocolate, carne, pescado, huevos, productos lácteos, vino, café, etc.

En la Unión Europea estos alimentos están regidos por normas de producción y etiquetado específicas a través de las cuales se les asigna a los productos un símbolo distintivo obligatorio llamado "eurohoja".
Además, cuentan con una legislación diferente que establece limitaciones en el uso de productos que no sean de origen agrícola para evitar el fraude. Estas limitaciones se aplican al uso de componentes químicos y aditivos en el proceso de producción. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (ONUAA), establece que para certificar la producción ecológica de la tierra es necesario que esté libre de químicos desde los 2 a los 3 años previos al uso del suelo para la producción. Está prohibido el uso de fertilizantes o herbicidas, pero si esta permitido el uso de productos elaborados de forma natural que lleven a cabo la función de estos componentes químicos.
Las empresas llevan a cabo la diferenciación de los productos ecológicos a través de la capacidad que estos tienen para satisfacer las tendencias, necesidades de compra expectativas de los clientes potenciales, mediante sus características propias y valores añadidos. Esta diferenciación la llevan a cabo mediante el empleo de estrategias como: la presencia permanente de un tipo de productos de gama amplia; el uso de estrategias de información a sus clientes potenciales y promoción en folletos; campaña de imagen y señalización en las tiendas y supermercados; empleo de estrategias de diferenciación de la competencia con surtidos acordes a las tendencias de los clientes; o a través del aumento del atractivo y variedad de los surtidos como estrategias para atraer a nuevos consumidores.
Los productos ecológicos surgen para dar respuesta a un tipo de consumidor más informado y consciente del impacto de la actividad humana en el medioambiente. En España el consumo de productos ecológicos ha aumentado un 16,4% en el último año, según los datos de Mapama.
Aunque los productos ecológicos no tienen en nuestro mercado la misma penetración que en otros países europeos –gastamos de media 36€, muy por detrás de Suiza (274€) o Dinamarca (227€)–, los crecimientos de los últimos años evidencian su relevancia y, más pronto o más tarde, alcanzarán niveles similares. Así lo han entendido los distribuidores españoles que están dándoles espacio en sus lineales e incluso creando formatos de tienda más reducidos con este foco.
En los últimos años, cada vez más clientes buscan productos ecológicos, con un interés creciente en artículos veganos, con empaquetado reciclado, o con componentes biodegradables. De acuerdo con datos de un estudio de la agencia Nielsen, más del 80% de los participantes en consideró firmemente que las empresas deberían ayudar a mejorar el medio ambiente y admitieron además que están dispuestos a apoyar a aquellas marcas que muestren un compromiso auténtico con campañas de marketing verde o social, acciones de RSC, voluntariados con la plantilla para cuidar el entorno natural. Esta pasión por la sostenibilidad no se limita a los millennials solamente: es coherente entre generaciones, géneros y regiones. Hace 5 años las ventas de productos sostenibles obtuvieron beneficios de 97 mil millones de euros en 2014, pero se prevé que estos los 150 mil para el año 2021.
El perfil mayoritario de las empresas de producción ecológica es el de una microempresa de tipo familiar creada con los mínimos recursos económicos y con un desconocimiento total de la comercialización de productos. Los canales de distribución que hasta ahora han servido para canalizar estas pequeñas producciones son cooperativas de consumidores, venta directa al público en mercados y ferias, ecotiendas y herbolarios. Las grandes empresas que generalmente trabajan junto al producto han apostado por la exportación y cuentan con la ayuda de las administraciones para la promoción de sus productos.
Según Ecototal, las ventas online están empezando a representar para muchos productores más del 40% de las ventas totales, llegando algunas empresas a vender 100% online. Las nuevas tecnologías ofrecen a los productores un abanico de posibilidades de comercialización impensables hasta ahora, como la venta directa online de productos ecológicos, que se está consolidando como una opción de comercialización viable.
El pago por clic permite conseguir ventas y posicionamiento en buscadores para clientes verdaderamente interesados a precios asequibles y la inserción de anuncios en portales especializados aporta un incremento creciente en las ventas y brandig de marca.
El productor o fabricante puede conseguir un mayor precio por sus productos eliminando la cadena de distribución intermedia y creando su propia lista de clientes. Asimismo, según AECOC SHOPPERVIEW, en España la satisfacción con la oferta de productos ecológicos correlaciona directamente con la predisposición a pagar un precio mayor, aceptando el consumidor un precio promedio del 177%. Los factores que animan a los consumidores de este tipo de productos a pagar más por ellos son: más oferta y variedad productos/ marcas, una mejor y más fácil identificación y un aumento de las garantías sobre su origen ECO.
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